
En la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la normal rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa, fueron secuestrados por el grupo criminal Guerreros Unidos y la policía, en complicidad con una red corrupta de instituciones locales, estatales y federales. Los jóvenes se dirigían en cinco autobuses desde Iguala hacia la Ciudad de México para conmemorar la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 en la plaza de Tlatelolco, cuando fueron atacados a tiros.