
En un momento crucial para el partido, Luisa María Alcalde asume el liderazgo nacional de Morena con la responsabilidad de mantener la hegemonía política y el proyecto oficialista en un partido convertido en una poderosa maquinaria electoral. Con la presidencia, mayoría en ambas cámaras, gubernaturas y con una reforma polémica en marcha, Alcalde enfrenta el reto de consolidar el relevo generacional y liderar un movimiento que se enfrenta a sus propios desafíos políticos, todo esto en un escenario sin la presencia de López Obrador y con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México.