El Senado mexicano se convirtió en un escenario de confrontación el pasado martes, cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el pleno durante la sesión en la que se discutía la reforma judicial. La tensión se desbordó rápidamente y obligó a suspender la reunión, superando a los agentes de seguridad del Senado.
Ante esta situación, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, convocó a reanudar la sesión en la Antigua Casona de Xicoténcatl, fuertemente resguardada por la policía de la Ciudad de México. Desde temprano se percibía un ambiente tenso y cargado de expectación por la votación de la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dentro y fuera de la Cámara alta se generaron intensos debates, presiones, acusaciones y rumores de posibles deserciones en las filas de la oposición. La situación dejó en evidencia la importancia y el impacto que tiene esta reforma en el panorama político actual.