En 1996, Andrés Manuel López Obrador, de 42 años, lidera una protesta en Tabasco contra la privatización de las plantas petroquímicas de Pemex impulsada por el presidente priista Ernesto Zedillo. En medio de la lucha, su camisa está manchada de sangre por un porrazo de un militar en la cabeza. El ambiente es hostil: el calor tropical, el suelo fangoso y los mosquitos feroces no detienen la determinación de López Obrador. Tras romper con el PRI, se convierte en una figura destacada en el PRD, la izquierda mexicana, y se coloca al frente de la marcha, desafiando a la policía y los militares.
La rivalidad entre facciones del Cartel de Sinaloa se ha expandido a varios Estados de la frontera norte, donde Los Chapitos y el grupo liderado por El Mayo Flaco, hijo de El Mayo Zambada, controlaban el lucrativo negocio del tráfico de drogas sintéticas hacia Estados Unidos. Este conflicto ha generado gran agitación en el mundo del narcotráfico en México, sembrando el temor entre la población ante la posibilidad de nuevos enfrentamientos en lugares como Sonora, Baja California, Chihuahua y Durango. "Las calles lucen desoladas y los negocios cierran temprano", comenta Eduardo López, reconocido periodista de Ciudad Obregón, ubicada al sur de Sonora y una de las ciudades con mayor índice de homicidios en el país. La inseguridad se ha apoderado de la región, generando un clima de tensión y temor entre sus habitantes.