
Tras un año de optimismo económico en México, la semana pasada se vivió como una resaca. Las tensiones surgidas tras la contundente victoria del partido oficialista en las elecciones del 2 de junio alcanzaron niveles alarmantes. Mercados, bancos de inversión, patronales y hasta el embajador estadounidense han advertido con firmeza sobre los riesgos de la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se teme que esta medida no solo ponga en peligro la democracia, sino también la estabilidad económica del país.